Como ya conté antes, encontrar Incentiva no fue nada fácil, ya que escoger el voluntariado en el que no solo encajas, sino en el que tus capacidades y habilidades pueden ser realmente aprovechadas, es muy complicado. Siendo sincera, cuando ingresé pensé que la etapa más complicada había pasado, pero no sabía que las cosas realmente difíciles venían después.
¿Cómo es entrar a un voluntariado?
Para empezar, cuando entras a formar parte de cualquier grupo de personas hay un proceso en el que te adaptas, poco a poco vas conociendo a cada uno de ellos y luego descubres con quienes te llevas mejor. En cambio, cuando entré a formar parte de esta organización todo esto tuvo que ser realmente acelerado, ya que los voluntarios teníamos que trabajar juntos y apoyarnos para que las actividades se realizaran correctamente, por lo que tratarnos como si realmente nos conociéramos (aunque lo máximo que conocíamos del otro era su primer nombre) era importante y urgente. Esto es realmente positivo porque te puede enseñar a adaptarte a nuevas situaciones de estrés, como tu primer día de trabajo.
¿Qué se espera de los voluntarios?
Pero esto no era lo único en lo que había que trabajar al entrar al voluntariado; lo primero era estar muy comprometidos con el trabajo que hacíamos y estar conscientes de lo que conllevaba este compromiso; esto era mucho más por los niños que por los directivos, puesto que no podíamos trabajar con ellos por unos días y luego abandonarlos a su suerte, esperando que otro voluntario asumiera la responsabilidad que cada uno había aceptado al ingresar.
Pero esto no era lo único en lo que había que trabajar al entrar al voluntariado; lo primero era estar muy comprometidos con el trabajo que hacíamos y estar conscientes de lo que conllevaba este compromiso; esto era mucho más por los niños que por los directivos, puesto que no podíamos trabajar con ellos por unos días y luego abandonarlos a su suerte, esperando que otro voluntario asumiera la responsabilidad que cada uno había aceptado al ingresar.
Teníamos que aprender a ser realmente puntuales para cada sesión de trabajo. Cada vez que uno llegaba tarde teníamos que retrasar el inicio de las actividades, porque todos teníamos asignados grupos de trabajo con ciertos niños, así que cuando uno llegaba tarde un grupo no podía empezar ya que no tenía un voluntariado que los guiara. Por otro lado, teníamos que hacernos un espacio entre los trabajos de la universidad para poder idear las sesiones con los niños, redactar análisis sobre sus comportamientos y sus avances con la comprensión lectora, esto para poder identificar si los métodos funcionaban, si era necesario trabajar alguna debilidad del niño, etc.
En general, el hacer voluntariado por primera vez era un poco complicado en cuestión de tiempos, pero no había mejor satisfacción que ver cómo nuestros pequeños alumnos se emocionaban al notar sus avances; así que a pesar de lo difícil que fue adaptarnos a la responsabilidad de ayudarlos, todo tenía recompensa.
- Danna
El voluntariado es una experiencia muy bonita, excelente articulo
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