Mi primera vez viviendo en un país extranjero

Yo con skis en la cima de la montaña en Keystone

Vivir en el extranjero es una experiencia muy enriquecedora y aterradora a la vez. Tendrás una nueva perspectiva del mundo y todo en tu vida dará un giro. Solo tienes que llevarlo con calma y dejar que todo fluya.

Work and Travel 

A los 19 años, decidí participar de un programa de intercambio cultural en Estados Unidos. El programa tenía una duración de cuatro meses en los que, además, iba a trabajar para poder sustentar mis gastos. Esta no solo iba a ser la primera vez que estaba tanto tiempo lejos de casa, sino también la primera vez que viviría completamente sola.

Al llegar al aeropuerto de Denver, Colorado estaba muy calmada y sin miedo, creo que porque no estaba consciente de lo que estaba por venir (incluyendo las tormentas de nieve y el frío de -31 grados). Sé que algunos dirán que cuatro meses no es tanto, pero para mí sí lo eran, especialmente porque pasaría navidad lejos de mi familia. El camino de Denver hasta Keystone (el pueblito donde viviría los cuatro meses) duraba casi 3 horas y como era de noche no podía ver nada asi que dormí. Lo primero que hice al llegar a mi departamento fue ver lo horrible que era, así que tenía que decorarlo para poder sentirme más a gusto. Fui a Walmart y a un par de thrift shops y compré un espejo, sábanas, toallas, platos, y luces de navidad para decorar y para sentirme como en casa.

Cuarto decorado con luces de navidad, plantas y almohadas


Las primeras semanas fueron algo raras. Aún estaba acostumbrándome al hecho de levantarme, trabajar, ir a casa, dormir y repetir la rutina al día siguiente. Además, estaba haciendo cosas que JAMÁS había hecho en mi vida, como pagar el alquiler de mi departamento, pagar y hacer las compras de la casa, pagar mi teléfono, cocinar, entre otras cosas. Definitivamente, necesitaba a mi mamá. A parte, todo era muy diferente a Perú, desde la comida hasta el transporte. Los buses eran gratis pero pasaban en horarios específicos, ni un minuto antes ni uno después. No me imagino qué hubiera pasado si perdía algún bus importante.


Al terminar el primer mes, todo fue acomodándose. Obviamente, extrañaba a mi familia (en especial a mi perro). A pesar de esto, con la compañía de amigos y de gente que conocí allí, los cuatro meses que en algún momento me parecieron eternos pasaron volando.

Después de la tormenta llega la calma

Empecé a salir más seguido con mis nuevos amigos y a compartir experiencias inolvidables. Me fui haciendo más responsable y empecé a pensar más en qué hacer con mi futuro. Al terminar el programa me di cuenta de que me había convertido en una mujer completamente nueva, mucho más madura, responsable y que sabe más o menos a qué se va a enfrentar más adelante.

Me hubiera gustado que alguien me hubiera dado uno que otro consejo cuando estaba allá, consejos que fui aprendiendo con el pasar del tiempo por mi cuenta. Ahora que tengo la oportunidad, les dejaré saber a ustedes algunos tips que me hubiera gustado tener.


8 tips que te ayudan a vivir solo en el extranjero y no morir en el intento

- Bren

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